La mente humana es bastante predecible.
Es como un niño malcriado al que ves venir. Muchas veces caes en sus chantajes y rabietas, eso no quiere decir que no seas capaz de controlarlos.
Yo como bastante sano y equilibrado. Pero reconozco que los fines de semana me paso y más últimamente… Es algo que quiero cambiar desde hace un tiempo pero se me está atascando un poco.
Llega el viernes y ya por ser viernes es como si mi cerebro hiciera clic.
Modo salvaje ON.
Y no es el viernes entero, porque suelo trabajar por las tardes, es el viernes por la noche.
Mi mente comienza a crear imágenes de platos apetitosos, puedo saborearlos en imaginación, siento que me «toca» hacerlo.
Luego me controlo el sábado y me pasa otra vez el domingo. O viceversa. (Algo de autocontrol me queda).
Hay veces que como peor (postre, azúcar, algo grasiento o procesado) simplemente por el hecho de ser fin de semana, aunque ni siquiera me apetezca. Y me doy cuenta, y me digo «pero, ¡si no me apetecía!».
Como no me gusta que esto suceda, me propongo dejar de hacerlo.
«El próximo fin de semana como bien».
(Ya desde el principio, una parte de mi me dice «no te lo crees ni tú»).
Pero paso horas auto-convenciéndome de que puedo hacerlo, que no tiene nada que ver con que sea viernes, sábado, domingo para tomar decisiones sanas.
Parece lógico.
Hasta el jueves bien, pero ya esa noche, comienza la película, como si fuera calentando motores. Lo lógico deja de hacer efecto.
Y nada, el viernes, lo de siempre. Tan predecible que da miedo.
Lo curioso es que ahora que estoy en la playa, de vacaciones, se rompe el ciclo. No hay lunes, miércoles, viernes o domingos. No hay ese impulso que surge por la fuerza del hábito, de la asociación.
Ayer domingo, tras haber comido estupendamente viernes y sábado sin esfuerzo, sin ni siquiera pensar en ello, me cacé diciéndome:
«es domingo, voy a comer algo «sucio» porque… es domingo!!!!!».
Sin demasiada gana, cogí lo primero que encontré que estuviera catalogado como comida basura (un panecillo con chocolate y unas patatas, para ser exactos).
Voy a aprovechar este mes para reprogramar el circuito mental-corporal del «viernes – buffet libre».
Lo mismo pasa en todos los comportamientos. Las personas con ansiedad tienen un mapa de asociaciones y circuitos cerrados que les mantienen en evitaciones y diálogos internos dolorosos.
Salta la chispa y parece difícil parar el proceso.
Pero todo, prácticamente todo, es reprogramable. Sólo necesitas las condiciones y las repeticiones adecuadas.
En mis sistemas consigues tomar perspectiva para ver el mapa desde arriba. Puedes localizar puntos ciegos que ahora no ves y puertas de entrada que parecían paredes.
Reprograma y toma el control haciendo clic aquí
Un saludo,
Rocío Lacasa