Una felicidad tal solo ha podido encontrar un experimentado sufridor.
– Nietzcsche
Hoy una cliente me decía que por primera vez sentía eso de que la ansiedad te hace más fuerte.
Señal de que la está superando.
Antes, cuando leía cursiladas tipo «la ansiedad es un regalo» o «ama tu ansiedad», se ponía enferma.
«Que la ame su padre», pensaba.
No era capaz de sentirse identificada con ese tipo de mensajes.
Hoy sí.
Vive los momentos de calma (cada vez más presentes) como manjares tras períodos de escasez.
Los saborea y agradece.
Y eso le permite multiplicarlos y regenerarlos.
En una entrevista me preguntaban si todavía hay estigma con lo de ir al psicólogo por ansiedad.
Menos, pero lo hay. No debería.
Contestaba que he conocido a las personas más interesantes, ricas, maduras y profundas en la consulta.
Personas sensibles que han desarrollado una inteligencia mental y perceptiva asombrosa.
Se dan cuenta de sutilezas que para otros pasan desapercibidas.
Valoran los pequeños detalles como tesoros.
Despliegan una fuerza magnética.
Comprenden a los otros de forma profunda. Los demás les quieren tener cerca.
Sufrir tiene su recompensa.
Si sabes como aprovechar el impulso.
Y eso sucede durante tu recuperación, cuando aplicas los marcos mentales adecuados e integras desde ahí las nuevas experiencias.
¿Que hay veces que te gustaría haberte ahorrado tanto dolor?
Obvio.
¿Que leer esto puede generarte sentimientos encontrados?
Puede ser.
¿Que puedes pensar «esta tía que no ha tenido ansiedad que me va a contar»?
Sólo cuento lo que observo.
Ya está hecho. Vamos a sacarle todo el provecho.
Que lo tiene, y mucho.
Un abrazo,
– Rocío
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