Hoy comparto contigo el testimonio de Ignacio, de Uruguay.
Su historia de ansiedad comenzó cuando crecieron las responsabilidades, riesgos y presiones en el trabajo. La primera crisis de ansiedad fue para él un antes y un después: la llama «el día cero.»
====
«Un día en una reunión donde el Ministerio público estaba auditando el área de la cual yo soy el responsable, me vinieron mareos, sentía que yo no era yo, que estaba por desmayarme y obviamente la reunión se terminó ahí.
Como después mejoré, no le di importancia. Seguí adelante con todo como si no hubiera sucedido nada.
Pero de a poco empecé a sentir de a ratos una opresión en el pecho, también cuando la tensión llegaba a un punto sentía una opresión en la cabeza y un zumbido en los oídos, cada vez peor, hasta que llegó el momento donde sucedió lo que era previsible, el desborde absoluto. Yo lo llamo el día cero.»
====
A partir de ahí, comenzó una búsqueda «desesperada» para encontrar soluciones.
Hoy Ignacio, se siente motivado, ilusionado y dueño de su cuerpo y de su mente. Me comenta:
====
Hasta que encontré (no recuerdo como, porque la búsqueda era casi desesperada) a Rocío Lacasa y su programa de Pánico Perdido.
Desde ahí hasta ahora la historia ha sido otra, dado que aparte de ayudarme a comprender todo acerca de la ansiedad y el pánico, con los ejercicios de acuerdo al Calendario de Transformaciones estoy logrando reeducar mi cerebro y me encuentro el pleno proceso de recuperación.
Si bien este proceso aún no ha terminado y aún los síntomas y pensamientos «oscuros» cada tanto vuelven, cada vez los controlo con mayor seguridad, de hecho algunas veces ya ni siquiera tengo que centrarme en eso, sino que mi propio subconsciente realiza el trabajo de forma automática.
El hecho de aprender a aplicar las Psicoinversiones ha sido la clave para lograr el control.
Recuerdo la primera vez que pude realizar el paso de «Animar» (me estaba viniendo el pánico haciendo trámites en una oficina pública llena de gente) fue mágico, pude ver con claridad cómo el pánico se desvanecía en cuestión de segundos. Ese momento para mí fue como haber ganado el «partido de mi vida». Sentí una plena felicidad y ahí supe que las riendas estaban de vuelta en mis manos.
Y gracias a esta experiencia que me ha tocado vivir, te digo que SE PUEDE!
Si estás leyendo esto es porque ya estás en el viaje expreso a tu recuperación, estoy seguro.
====
Se puede.
Si quieres sentir la magia y ver cómo el pánico se desvanece, hazme una visita entrando aquí
Un saludo,
Rocío Lacasa