– Oscar Wilde
Natalia empezó a vivir al atravesar el camino que la ansiedad le puso delante.
Esto es lo que me cuenta:
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Quería comentarte que gracias al tratamiento de Pánico Perdido conseguí ver la luz que tanto esperaba, ha sido mi mayor apoyo.
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La cuestión es que he hecho absolutamente de todo por ser y vivir como realmente quiero, de hecho es irónico porque estoy teniendo momentos de verdadera lucidez que me hacen sentir mejor que nunca, en mi vida he estado más ilusionada que ahora, es como si estuviera descubriendo el mundo por primera vez…
Aunque aún me cueste físicamente terminar de integrar las pautas, estoy viviendo un periodo de cambio abrumador y alucinante, jamás me hubiera imaginado que esto podría pasarme.
Para empezar no conozco a nadie que haya vivido algo similar al sentirse vivo y consciente (que habrá miles por supuesto).
Es como si hubiera estado viviendo fuera de mí y ahora estuviese aprendiendo a percibirme por primera vez, lo cual no está siendo fácil porque he descubierto que siempre he vivido literalmente contraída, pero ¡madre mía si merece la pena pasar por esta experiencia!…
Estoy volviendo a construirme pero ahora bajo mis propios valores, sin condicionantes o limitaciones, conociéndome a mi misma y sobre todo sabiendo QUÉ QUIERO para actuar con coherencia.
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La ansiedad es una llamada a despertar.
Cuando despiertas, el miedo que sentías en sueños, se difumina, y deja de tener sentido.
Tienes ante ti una oportunidad para renacer, con una nueva piel, más firme, más resistente, más flexible.
Aprovecha el dolor y transfórmalo en un poder sin límites. Te cuento cómo aquí dentro.
Un abrazo,
Rocío Lacasa