Por muy mal que lo hayas pasado…
Por herida penetrante que hayas tenido en tu infancia…
O shock emocional intenso en tu edad adulta…
…puedes vivir en paz.
No hay trauma que no se pueda superar.
No hay tinieblas que no se puedan iluminar.
Sólo hay que encontrar el camino y confiar.
Esto tiene mucho que ver con tu identidad.
Hay que vigilar los guiones que nos marcamos. A veces creamos un personaje y nos lo creemos tanto que vamos actuando como tal.
En vez de conectar con qué quieres, le preguntas al personaje qué se supone que tiene que querer.
En vez de confiar en qué puedes hacer, le preguntas al personaje si puede o no puede.
En los pueblos pequeños es típico conocer las historias familiares de los vecinos.
Está «la loca», «la fresca», «el rarito», «el que le da al frasco», «el que es igualito que su padre y su abuelo».
Muchas personas se van asfixiadas de su pueblo porque sienten que no pueden desarrollar su verdadera identidad.
Ya sea ser Drag Queen, o simplemente una persona segura de si misma.
Hay algo que les atrapa en la película de siempre. Una película en blanco y negro.
Escuchas a muchos famosos decir que en Nueva York se sienten «libres». Parece que en Nueva York puedes ser quien quieras ser.
Sin pasado. Sin historias. Sin identidad fija.
Y todo se vuelve color.
Se abre un mundo de posibilidades.
Bueno no hace falta irse a la Gran Manzana para empezar a construir tu nuevo guión de vida.
Toma conciencia de que el pasado es un puzzle de construcciones mentales y juega a cambiar las piezas.
Analiza quién quieres ser y ponte a conseguirlo.
Te cuento cómo trascender las historias limitantes de tu pasado y escribir el papel de tu vida en mis sistemas, haciendo clic aquí
– Rocío