Afila tu atención, cultiva la lucidez
Esta meditación está diseñada para entrenar tu herramienta más poderosa: la mente. A través de una práctica breve y directa, Rocío te guía en el arte de observar la respiración con atención sostenida, mientras aprendes a no perderte tanto en el ruido mental.
“Nuestro reto nunca será dejar la mente en blanco, sino aprender a perdernos menos en el pensar.”
🎯 El ejercicio: seguir la respiración de principio a fin
La práctica comienza con un aterrizaje sencillo:
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Encuentra una postura cómoda y erguida.
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Cierra los ojos y siente el cuerpo sentado.
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Toma un par de respiraciones profundas y… elige un punto donde seguir la respiración.
Ya sea en las fosas nasales, el pecho o el abdomen, lo importante es mantener la atención desde el principio de la inhalación hasta el final de la exhalación.
Y aquí es donde empieza el verdadero entrenamiento.
🌀 Reconocer el funcionamiento de la mente
Rápidamente notarás que tu atención se dispersa.
Los pensamientos emergen, te llevan a otro sitio, y te olvidas incluso de que estabas meditando.
Pero eso no es un fallo. Es parte del proceso.
“No se trata de parar los pensamientos, sino de notarlos con claridad y volver.”
La propuesta es entrenar una conciencia no reactiva, capaz de observar sin identificarse.
Así, disminuyes la identificación con los pensamientos y afinas tu capacidad de estar presente.
🔄 Un ciclo constante de atención
Rocío propone un pequeño reto: contar 10 respiraciones seguidas sin distraerse.
¿Lo consigues? ¿Te pierdes? No importa.
Lo importante es volver, una y otra vez.
“No estás añadiendo artificios. Solo estás distrayéndote menos.”
Este tipo de meditación breve es ideal para el día a día: para volver al centro, calmar la mente y desarrollar una claridad estable que puedes aplicar a cualquier situación de tu vida.