🌱 Más que leer sobre mindfulness… ¡practícalo!
Es fácil caer en el bucle de leer y ver vídeos sobre meditación… sin llegar a practicar. Esta sesión es una invitación directa a entrenar tu atención y despertar del automatismo con una práctica muy sencilla y poderosa de mindfulness.
“Vamos a entrenar la atención y la percepción para reconocer de qué está hecha la experiencia y poder así desidentificarse.”
¿En qué consiste esta práctica?
Es una práctica básica, ideal para principiantes o para volver a lo esencial:
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Cierra los ojos y enfoca tu atención en la respiración.
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Observa dónde la sientes con más claridad: en la nariz, en el pecho o en el abdomen.
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Cada vez que notes que la mente se distrae, vuelve suavemente a la respiración.
La clave está en no pelearse con los pensamientos, sino en verlos claramente, tal como son, sin identificarse con ellos.
Deja que todo sea
A lo largo de la práctica, Rocío te invita a dejar que todo lo que no sea respiración… se marche.
Cuando surgen pensamientos, no hay que analizarlos ni corregirlos. Solo observar:
“¿Dónde está ese pensamiento? ¿Qué es? ¿Cómo puede tener poder sobre ti?”
La meditación propone dejar de anticipar la respiración o controlar la experiencia. En su lugar, recibir cada momento como llega, con amabilidad.
🌬️ Ser como un espejo: sin esfuerzo, sin juicio
En el último tramo, se propone ampliar la conciencia para incluir todas las sensaciones del cuerpo, como si fueses un espejo que simplemente refleja todo lo que aparece.
Sin resistencias. Sin expectativas. Solo presencia abierta.
✨ El objetivo de meditar no es volverse “buen meditador”
Al terminar, Rocío nos recuerda algo esencial:
El objetivo no es hacerlo bien, ni siquiera “ser meditador”.
“El objetivo es reconocer verdades fundamentales sobre la mente. Es experimentar la libertad que hay en ese reconocimiento.”
Esa libertad es la que puede disolver:
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El miedo
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La vergüenza
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La envidia
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Y sobre todo… la identificación con el “yo” limitado